Jasper: Es cierto. Básicamente siempre he llevado una vida de furgoneta. Pero también por razones muy pragmáticas. Era un piloto de carreras sin dinero y no podía permitirme un hotel. Por eso siempre dormía en coches o en el autobús. Mi primer coche fue un T3 con cama. El segundo fue un T4 con cama. Mi último coche fue un Opel Vivaro. Toda mi vida he tenido coches en los que podías parar en cualquier sitio y a cualquier hora para pasar la noche. Pero no siempre se caracterizó por la sensación de libertad que siento hoy.
¿Cuál es?
Jasper: Al principio, seguía siendo muy consciente de la naturaleza y los paisajes cuando viajaba, pero cuando mi carrera profesional despegó, la atención se centró más en los resultados. Cuando las cosas mejoraron económicamente, nos dimos el capricho de un hotel y una ducha caliente. La pasión por estar en la carretera, por la vida nómada, volvió cuando me despedí de las carreras. De repente, un sentimiento interior me hizo mucho bien: ya no se trataba de superar a los demás, sino de libertad y autodesarrollo. Salí y visité los bike parks de Europa. Luego vinieron la moderación de eventos, los lanzamientos de productos, las sesiones fotográficas, los festivales y, por supuesto, mis producciones en YouTube. Pronto me di cuenta de que no sólo necesitaba un vehículo para ir de A a B y dormir.