Andrew, ¿cómo llega un tipo del sur de Inglaterra a pasarse la vida surfeando olas monstruosas?
ANDREW Siempre he hecho lo que me gustaba. Y, precisamente, el surf me gusta. Crecí en la playa y siempre quise ser surfista profesional. Me encanta el mar, el agua. Siempre ha sido una válvula de escape para mí. Pero se me daba muy mal el surf de competición. Sin embargo, me di cuenta de que mi punto fuerte eran las olas gigantes. Así que seguí mi pasión y nunca me rendí.
¿Qué se necesita para ser bueno con las olas gigantes?
ANDREW Sobre todo, una buena actitud mental. Hay que saber enfrentarse al miedo. Me gusta el riesgo, me gusta enfrentarme a las cosas y tener éxito. Todo eso se ha ido desarrollando con los años. Empecé en Hawai, donde surfeé mis primeras olas gigantes a los 19 años, luego volví a Europa, descubrí nuevos lugares en Irlanda y, finalmente, en Portugal.